Y seguimos a vueltas con la crisis, ha dado para mucho y todos escribimos con ella, realmente ha dado lugar a que las personas en muchos casos nos den la mejor y la peor cara.
Estamos en una época donde la solidaridad es un valor que dada la necesidad de muchas personas se ha mostrado como la única respuesta. Con las vacas flacas papá Estado no podía atender todas sus obligaciones y la sociedad civil en la mayoría de los casos se ha ido ocupando de situaciones de gran riesgo de exclusión.
Este es el entorno en el que nos movemos no difiere mucho del s.XIX nuestra sociedad está llena de cesantes y gente que en muchos casos sobrevive, pero sin que se note, la economía sumergida ¿está siendo de gran ayuda?,( aquí nos vamos al siglo de oro con los pillos) pues sino el índice de paro que soportamos daría lugar a revueltas más que importantes, año 36.
Con este entorno aparece también la peor cara de las personas que se sienten agobiadas por las cargas familiares a las que no pueden atender bien y en las empresas y en las relaciones humanas se libran batallas de muy diferente calibre.
El pensar que el puesto de trabajo puede desaparecer origina gran ansiedad, y en vez de hacer bien mi trabajo y no pensar en posibilidades, se hace lo posible para que sea el compañero el que cae en desgracia, sin pensar que esa persona también tiene su corazoncito
