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miércoles, 26 de febrero de 2014

Shock por estrés post traumático

Después de escribir mi anterior entrada sobre el modelo que propongo para disminuir el desempleo, con motivo de un comentario de un lector empiezo a escribir sobre este tema.
No solamente han sufrido en esta época de crisis los trabajadores que han perdido el trabajo, hay una inmensa cantidad de personas que no se piensa en ellas porque parece que son privilegiados porque tienen trabajo y que se encuentran muy mal, las lacras de la situación del desempleo también las están sufriendo ellos y su percepción del problema no deja de ser preocupante. Situaciones de tristeza, angustia, miedo, alergias………
El mercado de trabajo en la actualidad está operando bajo mínimos, en una época en la que las capacidades tenían que ser máximas, las personas están muy mermadas en cuanto a sus habilidades y capacidades.
No hay mal que cien años dure y acogiéndonos a este refrán parece que finalmente empezamos a salir de la crisis, las empresas se tienen que empezar a posicionar y a ser más competitivas y eficientes, no se puede perder el tren hay que cogerlo en marcha, pero ¿se está haciendo lo adecuado?
Bajo mi punto de vista no, es manifiestamente mejorable en muchos casos.
Mi argumento es el siguiente, a veces se olvida que se trabaja con personas y que éstas tienen su corazoncito y sentimientos, no son máquinas con un interruptor que se programan y ya está. Muchas empresas han pasado por un periodo extremadamente difícil, con ERES, despidos, conflictos, bajadas de salarios, etc… y no se dan cuenta que los trabajadores que les quedan, que por supuesto pueden ser buenísimos tienen sus capacidades mermadas por la situación sufrida.
estrés
Esta situación tendría cierta similitud con Shock por estrés post  traumático, los momentos vividos y sentidos por estos trabajadores los han dejado en una situación en muchos casos muy vulnerables, con una mayor carga de trabajo, con miedo, porque no se sabe muy bien si se va a seguir despidiendo o se va a seguir para adelante, con unas funciones mayores y con unos sueldos menores.
En estas condiciones no estamos contando con lo mejor del trabajador, ante una situación de miedo, lo más probable es que sus capacidades estén mermadas, su motivación está por los suelos y por su puesto su iniciativa, creatividad e innovación, bajo mínimos.
¿Que deberían hacer las empresas en esta situación? Ocuparse de los trabajadores, explicar con sinceridad la situación en la que se encuentran, formar a los trabajadores en las nuevas tareas y competencias, reconducir las emociones negativas, teniendo en cuenta que la dirección tiene que ser coherente con los programas que se sigan, motivar a las personas, no olvidar que son su imagen frente al exterior y su principal ventaja y diferencia.
Respecto a los factores motivacionales estamos en una época en la que en muchas ocasiones se ha cambiado talento por dinero, y la moda de la reducción de salarios a veces injustificada no ayuda, sobre todo cuando en algunos casos sólo son unos departamentos donde se reducen los salarios, la justicia es un valor que también a veces se olvida pero los trabajadores de forma consciente e inconsciente van acumulando experiencias negativas que refuerzan su estres.
La reducción de salarios es pensar a corto y las grandes decisiones nunca se han hecho a corto plazo hay que tener una visión mucho más holística y apostar fuerte. Si tengo unos trabajadores fuertes, motivados y sanos y unos directivos justos y líderes podré posicionarme entre los mejores.
Por último la cultura tiene un gran papel, ser consciente de la cultura que quiero implantar en la compañía y empezar desde arriba siendo siempre coherente y dando ejemplo, tener unos buenos líderes que sepan conducir a los trabajadores y den confianza y crear las comunicaciones adecuadas para que todo esto se haga realidad.
Este sería un pequeño resumen de lo que las compañías deberían hacer para poder estar entre los mejores y no ser uno de tantos

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